En la Escuela Carlos Pereyra, cada evento es una oportunidad para fortalecer la formación integral de nuestros estudiantes, y el Festival de Preescolar es, sin duda, uno de los momentos más significativos del ciclo escolar. Con una puesta en escena llena de color, música y expresión, nuestros alumnos más pequeños culminaron su proyecto didáctico inspirado en Toy Story, a través del cual exploraron la fraternidad como valor esencial de la amistad.
Este festival no solo es una muestra artística, sino el resultado de un proceso de aprendizaje profundo que integra las tres dimensiones de formación de nuestra Escuela: académica, socioemocional y espiritual-religiosa.
Aprender a través del arte y la comunidad
A lo largo del proyecto, nuestros estudiantes participaron en procesos que fomentaron la reflexión, la creatividad, la interiorización, la colaboración y el pensamiento crítico. Con cada actividad, fortalecieron sus habilidades de expresión y consolidaron lazos de fraternidad, entendiendo que la amistad no solo se trata de compartir momentos, sino de construir juntos un mundo más justo y empático.
Una experiencia educativa con identidad ignaciana
El Festival de Preescolar no es solo un espectáculo; es una expresión tangible del Paradigma Pedagógico Ignaciano, donde cada experiencia está enmarcada en un proceso de contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. La pre lección, donde los niños descubren la temática del proyecto, es un momento de emoción y expectativa, que los prepara para vivir un aprendizaje significativo y vivencial.
Además, la elección de la temática de cada año responde a los valores y actitudes ignacianos, en especial a los que surgen de la Semana Ignaciana, promoviendo en esta edición el valor de la fraternidad.
El impacto del festival en nuestra comunidad
El Festival de Preescolar trasciende el aula. Su impacto es profundo, pues conecta afectivamente a familias, docentes y estudiantes de todos los niveles en un espacio de celebración y aprendizaje compartido. Es un recordatorio de que la formación ignaciana no se vive solo en lo académico, sino en la construcción de comunidad, en el trabajo en equipo y en la vivencia de valores que nos hacen mejores personas.
Agradecemos a todas las familias, docentes y colaboradores que hicieron posible este evento, y sobre todo a nuestros alumnos de preescolar, quienes nos recordaron que, como en Toy Story, la amistad y la fraternidad nos acompañan siempre en el camino.
¡Felicitamos a nuestros pequeños grandes talentos y esperamos con emoción la próxima edición de este festival que une y transforma!