La inspiración llega de muchas formas, pero pocas historias resuenan tanto como la de José Luis Saturno, un talentoso animador lagunero que compartió con los estudiantes de 5to y 6to de bachillerato su inspiradora travesía profesional bajo el título “El obstáculo es el camino”. Durante su charla, Saturno narró cómo convirtió las adversidades en oportunidades y ofreció consejos prácticos sobre cómo soñar en grande y alcanzar metas a través de la creatividad, el esfuerzo y la resiliencia.
Un viaje hacia la animación desde la infancia.
Desde pequeño, José Luis demostró una pasión única por el arte y la narración. Recordó con cariño sus días en la primaria de la Escuela Carlos Pereyra, donde moldeaba figuras de plastilina que vendía para ahorrar dinero. Una maestra, quien confió en su talento, le dio el empuje necesario para creer en sí mismo. Ese emprendimiento infantil no solo le permitió financiar su primer cortometraje años más tarde, sino que también plantó en él una valiosa lección: los pequeños esfuerzos de hoy pueden tener un impacto duradero en el futuro.
Más tarde, un programa de televisión despertó su interés por el cine y lo llevó a expresar a sus padres su deseo de crear historias animadas. Aunque la familia no pudo comprar una cámara en ese momento, le proporcionaron plastilina, iniciando así su incursión en el mundo de la animación cuadro por cuadro. A los 12 años, logró su primer gran avance al recibir su propia cámara, que marcó el inicio de su carrera.
Lecciones de resiliencia en la industria del cine.
A pesar de su dedicación, la vida profesional de Juan Luis no estuvo exenta de retos. En su búsqueda de oportunidades, enfrentó rechazos y tuvo que reevaluar su camino. Optó por especializarse en animación, una decisión que lo llevó a destacar con proyectos que combinan creatividad y narración visual.
Su cortometraje “Melodía Torrencial”, presentado en un festival en Italia en 2011, representó un punto de inflexión en su carrera. Aunque no se considera un animador en el sentido estricto, ha colaborado con expertos en diversas áreas, aportando su talento como escritor y director. “Los rechazos pueden ser tan valiosos como las aceptaciones”, reflexionó, subrayando la importancia de aprender de cada experiencia.
Consejos para futuros animadores y creativos.
Durante la charla, Saturno compartió sabiduría para quienes desean incursionar en la animación o cualquier disciplina creativa:
Observar el mundo con atención: Desde los movimientos de un pájaro hasta la forma en que camina una persona, todo puede inspirar y enriquecer tu trabajo.
Cuidar cuerpo y mente: La animación exige concentración, creatividad y resistencia emocional.
Aprender actuación y emociones humanas: Comprender las expresiones y el comportamiento humano es clave para narrar historias auténticas.
Colaborar con respeto: Resolver diferencias creativas mediante el diálogo fomenta un ambiente de trabajo positivo y productivo.
Con ejemplos prácticos, Juan Luis mostró cómo su enfoque colaborativo ha sido esencial para el éxito de sus proyectos.
Un ejemplo de los valores ignacianos.
La historia de José Luis Saturno no solo inspira por su creatividad y perseverancia, sino también porque refleja valores fundamentales de la educación jesuita, como la resiliencia, el compromiso y la búsqueda del Magis: hacer más y mejor en cada acción emprendida. Su capacidad para transformar obstáculos en aprendizajes está alineada con el enfoque de formación integral de la Escuela Carlos Pereyra, que busca formar personas competentes, compasivas y comprometidas con su entorno.
Melodía de inspiración: El legado de Saturno.
Hoy, José Luis Saturno es un referente para quienes creen que la creatividad puede superar cualquier desafío. Su mensaje resuena como un recordatorio de que los sueños no solo se alcanzan, sino que se construyen día a día, moldeando las experiencias y aprendiendo de cada tropiezo.